Según se informa, el príncipe Harry se siente incómodo con ciertos aspectos de su relación con Meghan Markle, en particular su enfoque en las redes sociales en el que aparecen sus hijos. Esta historia en desarrollo arroja luz sobre la compleja dinámica dentro de la familia real de Sussex mientras navega por la vida fuera de la monarquía.
Una opinión dividida en las redes sociales
Según una fuente citada por Page Six, el príncipe Harry se está cansando de la reciente actividad de Meghan en las redes sociales mostrando a sus hijos. Si bien la fuente no afirma que a Harry no le guste Meghan personalmente, los informes indican que no está contento con la forma en que ella presenta a su familia públicamente.
“No se trata de sentimientos personales”, afirmó la fuente. “Se trata de diferentes perspectivas sobre la privacidad y la imagen pública”.
Un cambio de enfoque
La tensión parece surgir de una diferencia en el enfoque de la visibilidad pública de sus hijos. Meghan y Harry tradicionalmente han mantenido una estricta privacidad con respecto a los miembros de su familia, manteniendo a sus hijos en gran medida fuera del ojo público.
Sin embargo, en las últimas semanas, Meghan ha compartido cada vez más contenido en el que aparecen sus dos hijos pequeños: Archie, de 6 años, y Lilibet, de 4. Las publicaciones recientes incluyen un vídeo que muestra a los niños disfrutando de actividades en un huerto de calabazas, rompiendo sus normas de privacidad previamente establecidas.
Se dice que Harry está particularmente preocupado por estos acontecimientos, y la fuente sugiere que le preocupa que estas exhibiciones públicas puedan afectar negativamente la imagen de su familia.
La comparación de Fergie
Los comentarios de la fuente hacen referencia a la ex esposa de la difunta princesa Diana, Sarah Ferguson (a menudo llamada Fergie), conocida por sacar provecho de sus conexiones reales después de divorciarse del príncipe Andrés. Según se informa, Harry comparte la aversión de su madre a lo que él percibe como un comportamiento oportunista.
“Él es muy consciente de que ella lo hace exhibir”, supuestamente dijo la fuente. “No le encantan las exhibiciones en las redes sociales”.
Esta preocupación se conecta con temas más amplios en la dinámica de la familia real, donde la percepción pública y la privacidad han sido durante mucho tiempo delicados actos de equilibrio.
Contexto más amplio de su relación
Estos informes surgen en medio de otros acontecimientos en la vida de la pareja. Según los informes, Harry ha estado coqueteando con la idea de regresar al Reino Unido, un posible cambio importante para la familia que se mudó a los Estados Unidos en 2020 después de dejar sus deberes reales.
Harry escribió recientemente un ensayo expresando su amor por Gran Bretaña, describiendo la cultura británica como “las bromas del desorden, la casa club, el pub, las gradas”. Esta pieza llega en medio de especulaciones sobre el estado de su relación y sus planes futuros.
Navegando por la vida post-real
La transición de la pareja a ciudadanos privados en 2020 marcó un cambio significativo. Si bien mantuvieron conexiones con la monarquía, establecieron su propia identidad pública fuera del protocolo real.
Esta nueva identidad parece estar evolucionando de manera diferente para cada cónyuge. Meghan ha adoptado cada vez más su papel de figura pública, mientras que Harry ha mantenido un perfil más privado.
La cuestión de las redes sociales toca un tema más amplio: cómo se definirá la familia real de Sussex en el futuro, equilibrando su deseo de privacidad con las exigencias de mantener un perfil público.
Conclusión
El aparente desacuerdo entre el príncipe Harry y Meghan Markle sobre el uso de las redes sociales resalta los ajustes continuos que enfrentan en su vida post-real. Si bien la pareja comparte un compromiso con la privacidad, sus enfoques para gestionar su imagen pública parecen haber divergido, lo que plantea dudas sobre cómo seguirán presentándose ante los medios y el público. Mientras navegan por estas diferencias, la pareja enfrenta el desafío de equilibrar la privacidad personal con las realidades de la vida real, incluso cuando salen completamente de la monarquía.
