Muchos padres se sienten abrumados al intentar guiar la fe de sus hijos. Es fácil caer en la trampa de creer que hay una manera “correcta” de hacerlo: un método o recurso específico que funcionará mágicamente. Pero la verdad es que el discipulado no se trata de seguir una fórmula rígida. Se trata de señalar constantemente a tus hijos hacia Jesús, ayudándolos a confiar, amar y vivir como Él. El cómo importa menos que el destino.
Aquí hay ocho maneras prácticas de ayudar a su familia a crecer en la fe, reconociendo que lo que funciona para una familia puede no funcionar para otra. La clave es encontrar lo que se adapta a tu vida y construir a partir de ahí.
1. Iglesia: una base, no toda la casa
La asistencia regular a la iglesia es un excelente punto de partida, pero no debería ser el único aporte espiritual. Los niños necesitan ver a sus padres genuinamente involucrados en su comunidad de fe, no simplemente cumpliendo las formalidades. La iglesia debe complementar, no reemplazar, el discipulado personal y familiar.
2. Oración: El corazón de la conexión
Si pudieras hacer una sola cosa, conviértela en oración. Las conversaciones auténticas y vulnerables con Dios (a la hora de dormir, durante las comidas o mientras viaja) modelan una relación real con Jesús. No se trata de palabras perfectas; se trata de conexión.
3. Devocionales: adaptados a su familia
Los devocionales familiares pueden ser poderosos, pero no fuerces un enfoque único para todos. Algunas familias prosperan con recursos estructurados, mientras que otras prefieren leer juntos un pasaje de la Biblia. Empiece poco a poco (diez minutos a la semana) y vaya construyendo a partir de ahí. No tengas miedo de experimentar hasta que encuentres lo que funciona.
4. Libros: Historias que dan forma a la fe
Leer en voz alta a los niños pequeños es invaluable, e incluir libros religiosos o de cuentos bíblicos puede presentarles el amor de Dios. Para los niños mayores, leer juntos o discutir libros individuales puede generar conversaciones significativas.
5. Conversaciones cotidianas: entretejiendo la fe en la vida
Deuteronomio 6 enfatiza la integración de la fe en la vida diaria. Busque oportunidades naturales para hablar de Jesús: en las noticias, en la escuela o durante las actividades cotidianas. Pregúntele a su hijo qué está aprendiendo, cómo está creciendo o qué preguntas tiene.
6. Conectando la fe con los acontecimientos: relevancia en el mundo real
Ayude a sus hijos a aplicar su fe al mundo que los rodea. Discuta eventos actuales, entretenimiento o deportes a través de una lente espiritual. Haga preguntas como: “¿Cómo respondería Jesús a esta situación?” o “¿Qué nos enseña esta historia sobre el amor de Dios?”
7. Actividades: Aprendizaje Experiencial
Piense en dónde pasa su tiempo su familia: campos deportivos, aulas, vecindarios. ¿Cómo puedes entretejer la fe en esas actividades? Considere experiencias de aprendizaje práctico: la confianza cae para ilustrar la fe, o paseos por la naturaleza para apreciar la creación de Dios.
8. Servir a los demás: vivir como Jesús
El discipulado no se trata sólo de conocer a Jesús; se trata de vivir como Él. Encuentre maneras de servir a los demás juntos: como voluntario en un banco de alimentos, ayudando a un vecino o apoyando a un misionero. Muestre a sus hijos que la fe es una vida activa y centrada en el exterior.
La visión a largo plazo: Empiece poco a poco, sea coherente y no tema ajustar su enfoque. El discipulado eficaz se construye en un pequeño momento a la vez. No se trata de perfección; se trata de progreso.
Recursos: Para obtener más orientación, explore recursos como Discipulado familiar que funciona y Fundamentos de fe.
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Brian Dembowczyk (PhD, Midwestern Baptist Theological Seminary) es editor asociado de las Biblias Thomas Nelson y autor de Family Discipleship That Works y Faith Foundations. Anteriormente se desempeñó como editor en jefe de The Gospel Project y ha sido pastor en varios roles.
