La continua lealtad de Sarah Ferguson hacia su exmarido, el príncipe Andrés, ha sido objeto de intenso escrutinio público, particularmente a la luz de sus numerosos escándalos. Ahora, a medida que la Familia Real se distancia cada vez más del deshonrado duque de York, surge la pregunta: ¿Ferguson todavía cree en la inocencia de Andrew?

Ferguson y Andrew se casaron en 1986, pero se separaron en 1992. A pesar del divorcio, mantuvieron una relación estrecha, incluso conviviendo en Royal Lodge hasta hace poco. La decisión de la Familia Real de trasladar a Andrew a una residencia privada marca un cambio significativo y plantea dudas sobre el futuro de su vínculo.

Para aumentar la agitación, Ferguson también perdió su título de duquesa de York, aunque había dejado de usarlo profesionalmente hace años. Los informes sugieren que está considerando mudarse a Portugal, donde reside su hija Eugenie, en medio de reacciones violentas por sus vínculos financieros con Jeffrey Epstein, de quien supuestamente pidió prestadas sumas sustanciales.

La dinámica cambiante

La pregunta clave es si la lealtad de Ferguson sigue siendo inquebrantable. La ex corresponsal real de la BBC, Jennie Bond, sugiere que cualquier distanciamiento por parte de Ferguson podría indicar un cambio en su percepción de Andrew.

“Me sorprende que parezca que Sarah y Andrew ahora van por caminos separados. Pensé que estaban unidos por la cadera, aunque ya no tenían una relación romántica”, afirmó Bond. “Sarah siempre ha sido tremendamente leal a Andrew, defendiéndolo incluso frente a las acusaciones más sórdidas. Tal vez ya no le crea, o tal vez Andrew ahora quiera estar solo”.

Una historia de lealtad

Durante más de una década, Ferguson ha defendido públicamente a Andrew, incluso cuando Virginia Giuffre, una acusadora clave, presentó acusaciones de tráfico sexual que involucraban al duque de York. Giuffre, quien murió en abril, afirmó que fue traficada con Andrew tres veces cuando tenía 17 años.

A pesar de estas acusaciones, Ferguson se ha mantenido firme en su apoyo. Su posible traslado a Portugal, donde podría estar más cerca de su hija, ha generado especulaciones sobre si finalmente se está distanciando.

Vínculos financieros y afiliaciones pasadas

El escrutinio se extiende a los tratos financieros de Ferguson con Jeffrey Epstein. Un correo electrónico de 2011 reveló que ella todavía consideraba a Epstein un “amigo supremo”, a pesar de denunciarlo públicamente después de su condena por tráfico sexual. Epstein murió en prisión en 2019 mientras esperaba juicio por nuevos cargos.

Esta historia plantea dudas sobre la profundidad de la lealtad de Ferguson y si sus afiliaciones pasadas nublan su juicio.

Una relación compleja

A pesar del escándalo, Ferguson y Andrew han mantenido una dinámica familiar unificada, criando a sus hijas juntas a pesar de su divorcio. Según Bond, “independientemente de lo que diga sobre Sarah y, de hecho, Andrew, han sido buenos padres que de alguna manera han creado un hogar muy fuerte y unificado a pesar de su divorcio”.

Sin embargo, la decisión de la Familia Real de distanciarse de Andrew sugiere que incluso los lazos familiares pueden no ser suficientes para protegerlo de las consecuencias de sus acciones.

Conclusión

El futuro de la relación de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés sigue siendo incierto. Si bien históricamente ha sido ferozmente leal, las dinámicas cambiantes dentro de la Familia Real y sus propios vínculos financieros con Epstein plantean dudas sobre su continuo apoyo. Si todavía cree en la inocencia de Andrew es una pregunta que sólo ella puede responder, pero la evidencia sugiere que incluso una amistad de toda la vida puede verse dañada sin posibilidad de reparación.